Corelli Musici

A lo largo de este año 2013, en la actual Dimensión de Música Litúrgica de la Arquidiócesis de Yucatán hemos avanzado en algo básico: definir qué es la música litúrgica. Aunque parezca curioso o algo muy sencillo de entender, siempre está la posibilidad de confusión y de error. Tratemos de aclarar parte por parte.

¿Música sacra o música litúrgica?

Normalmente, cuando pensamos en la música adecuada para una misa católica, damos por sentado que los términos sacra ylitúrgica son sinónimos, pero no es así. La música puede ser sacra sin ser litúrgica y en cambio la música litúrgica, toda es sacra.

De acuerdo con el DRAE, la liturgia (Del b. lat. liturgĭa, y este del gr.λειτουργία, servicio público) en su primera acepción es el orden y forma con que se llevan a cabo las ceremonias de culto en las distintas religiones. Así, atendiendo a la primera parte de esta definición, al orden de una ceremonia, la música tiene una finalidad clara: marcar el proceso evolutivo en la misa hasta llegar al culmen que es el gozo de la Eucaristía. Desde el canto de entrada, el contenido de la letra debe ser propicio para dejar afuera todo lo mundano y centrar el pensamiento y el espíritu en la luz que significa ir al encuentro del Señor. Por extensión, cada canto (o texto cantado) deberá cumplir esta cualidad, que por supuesto es elemental.

Cantar en misa, cantar la misa

Referente a la segunda parte de la definición, la forma en que se realiza una ceremonia religiosa, llegamos a un concepto que, quizá por sencillo, siempre es pasado por alto y es acerca de cómo participamos musicalmente en la misa. Para hacerlo más simple, preguntémonos ¿Cantamos en misa o cantamos la misa? Si se trata de cantar en misa, abrimos la puerta a todo el acervo de música sacra. Aquí es donde se origina la confusión. En el mejor de los casos, el repertorio universal ofrece las obras de los grandes maestros, desde antes del barroco hasta los tiempos actuales, que por lo exquisito de su factura se prefiere y considera para estar en misa como lo más natural. Y en el común de los casos, hallaremos letras que relatan experiencias y sentimientos personales, peticiones, ruegos al Señor, a la Virgen María y que identifican al que canta como un hijo, un seguidor y un amigo de Jesucristo. Solamente haría falta revisar cuál es su contenido real y si de veras se adapta a cada etapa de la misa.

En cambio, cantar la misa es otra cosa. Es casi como ser un oficiante de la misa, un asistente del sacerdote, lo que es deseable no solo por el coro sino por toda la asamblea. Sin ir más lejos, cantar la misa es precisamente lo que se busca. Entonces cada canto y cada texto entonado tendrá una certeza y una razón de ser.